La educación en un adulto no siempre resulta lo fácil que se espera o lo que se pueda pensar que sería. La falta de concentración o de disciplina por parte de todo alumno sin importar la edad; dificulta tanto la enseñanza como el aprendizaje del mismo. La educabilidad no la tienen todos al mismo tiempo solo por el hecho de ser adultos mayores; son muchos los vicios que ya se han adquirido; la mayoría se distraen con gran facilidad, pierden la concentración, se les dificulta darse cuenta de que sí están aprendiendo los temas; alardean prácticamente de una falta de confianza de su memoria.
Esta labor de la la Educación para el Adulto Mayor es como toda docencia una vocación, explicar con paciencia y lo mas claro posible y repetir cuantas veces sea necesario un tema hasta ver que se sienten seguros.
Aunque una persona adulta desee aprender algo siempre tiene el temor de no poder hacerlo, por lo que a la par de que adquiere sus conocimientos académicos debe también desarrollar el conocimiento hacia si mismo y su capacidad innata para aprender.
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